jueves, 1 de junio de 2023

"El Papel de la Sanidad", 3: Presentación de los Servicios Quirúrgicos de la CSV (1929)

La advocación del Hospital de San Rafael se debe al santo cuyo nombre coincide con el del obispo que lo fundó, Rafael Menéndez de Luarca (1743-1819). A este obispo tan significado durante la Guerra de Independencia debemos, no por casualidad, la primera imprenta de Cantabria, utilizada durante el conflicto bélico como una herramienta propagandística. Pero no solo, también le sirvió para recaudar fondos, de hecho el primer impreso cántabro es una circular pidiendo dinero a los vecinos para financiar la obra del Hospital, inaugurado el año 1791.

Transcurrido un siglo desde su fundación, el Hospital de San Rafael fue sometido a duras pruebas, tales como la explosión del barco vapor Cabo Machichaco o la arribada masiva de heridos de la Guerra de Cuba, retos que no resolvió de forma satisfactoria. Los vecinos pudientes creían merecerse un hospital mejor dotado, por una parte, y por la otra los vecinos más empobrecidos pedían simplemente ser atendidos, es decir, que la Sanidad dejara de ser sinónimo de Beneficencia, sujeta a la voluntad (cuando no interés) de los pudientes, y pasara a ser un Servicio Público.

El año 1918, el más duro de la gripe española, la población en su conjunto se plantó y exigió a sus representantes la construcción de un hospital nuevo que sustituyera al desde entonces considerado antiguo Hospital de San Rafael. Las obras le fueron concedidas a los arquitectos Eloy Martínez del Valle, Francisco Urcola y Deogracias Mariano de la Lastra. La dirección recayó en el Dr. Víctor Quintana. Pero el dinero se terminó pronto y las obras se pararon. Apenas se habían echado los cimientos. 

Se retomaron a mediados de la década siguiente de la mano de Ramón Pelayo de la Torriente, que las financió, es probable que por sugerencia del Dr. Gregorio Marañón, de padre cántabro, pero con la condición de tener potestad para elegir a sus responsables: estos fueron el arquitecto Gonzalo Bringas y el  Dr. Wenceslao López Albo. El doctor era nacido en Santander pero de familia oriunda de Colindres. Su perfil encaja a la perfección en la conocida como Edad de Plata de las Ciencias Españolas: alta especialización, compromiso social, capacidad de trabajo infinita, formación en el extranjero gracias a las becas de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) dirigida por Cajal, etc. Probablemente el Dr. Quintana significara para su generación lo mismo que el Dr. López Albo para la suya. Que este último fuera el primer Director Gerente no fue más que una cuestión de plazos.

La inauguración oficial del Hospital se celebró el 24 de octubre de 1929, coincidiendo con el cumpleaños del marqués. El Hospital no se había planteado solo como un hospital nuevo en relación con el antiguo de San Rafael, al que venía a sustituir, sino también como un hospital moderno. Su modernidad se asentaba en tres pilares: la Escuela de Enfermeras, que respondía al modelo acuñado por Florence Nightingale, el Instituto Médico de Posgraduados, semilla de la Universidad de Cantabria, y la Biblioteca Marquesa de Pelayo, nacida como Biblioteca Nacional de Medicina, los tres pilares puestos en pie por el Dr. Wenceslao López Albo.

Pero sin que hubiera transcurrido siquiera un año desde su inauguración, dimite prácticamente todo el equipo directivo (no por ejemplo el Director de la Escuela de Enfermeras, el Dr. Manuel Usandizaga) por desavenencias con María Luisa Gómez y Pelayo, sobrina del marqués, que, ante las crecientes complicaciones de salud del Marqués de Valdecilla, que fallecería poco después, había ido tomando paulatinamente las riendas de la institución.

El marqués, regeneracionista. El doctor, militante de Izquierda Republicana. La marquesa, ultraconservadora.

La dimisión en bloque del equipo directivo supuso un golpe de timón en el rumbo de la Casa de Salud Valdecilla. El proyecto del Dr. Wenceslao López Albo se interrumpe de forma drástica. Sus contribuciones son canceladas.

Recientemente se ha recuperado un documento impreso del que no consta que fuera distribuido. Se trata de la presentación que el doctor hace de los Servicios Quirúrgicos de la Casa de Salud Valdecilla. Es probable que fuera llevado a imprenta siendo Director Gerente pero que inmediatamente después dimitiera, razón, si es que puede valer como tal, para retirarlo. El ejemplar que se conserva en la Biblioteca Marquesa de Pelayo es el único conocido.

Descarga libre y gratuita del documento a texto completo, aquí.

López Albo, W. Los Servicios Quirúrgicos de la "Casa de Salud Valdecilla" y su funcionamiento. Santander: El Diario Montañés; 1929.